Fuente: Dpto. Técnico igK 14 Enero 2014

¿Mejor cuanto más riego?: ¡Por supuesto que NO!

No hacer un uso eficiente del agua y no ajustarnos a las necesidades de riego del césped tiene siempre consecuencias negativas que deterioran su calidad.

¿Mejor cuanto más riego?: ¡Por supuesto que NO!
¿Mejor cuanto más riego?: ¡Por supuesto que NO!

Regar por encima de las necesidades hídricas tiene consecuencias distintas de las que se derivan de un riego deficitario controlado.

Consecuencias de la sobreirrigación (Regar de más)

  • Formación de algas
  • Estratificación o «layerización» del suelo al crear condiciones prolongadas de anaerobiosis (falta de oxígeno)
  • Encharcamientos que interfieren en el juego y formación de roderas
  • Acumulación de restos de siega
  • Se fomenta la proliferación de mosquitos, plagas, musgos y setas que afectan al juego
  • Desarrollo de enfermedades en la planta (prácticamente en su totalidad causadas por hongos)
  • Se incrementa la lixiviación de nutrientes y pesticidas
  • Aumenta el agua de escorrentía
  • Escaldado o cocimiento de la planta con altas temperaturas
  • Se incrementa la tasa de formación de fieltro y el consecuente colchón.
  • Marchitamiento húmedo provocado por la asfixia radicular y por prolongadas condiciones anaeróbicas.
  • Perjudica las correctas operaciones de siega
  • Compactación del suelo
  • Aceleración en el deterioro del sistema de riego
  • La sobreirrigación supone un gasto real de agua, frente al consumo razonable.
  • Supone un incremento del coste energético, al que hay que sumar el coste de las medidas correctoras de todas estas consecuencias negativas.

Consecuencias de un riego deficitario controlado

  • Se disminuye la movilidad de los nutrientes en el suelo y la disolución de fertilizantes afectando a la capacidad de la planta para absorberlos.
  • Se disminuye el lavado de las sales acumuladas en el suelo en regiones áridas.
  • Aparición de secas.
  • Marchitez.

Como vemos se derivan más consecuencias negativas del sobre-riego, que de un riego deficitario, y esto afecta directamente a la calidad de nuestro producto. Una razón más del sentido común para ser eficientes, sostenibles y ecológicos.

Los estudios de hidro-eficiencia energética, y los ajustes del sistema de riego por parte de profesionales cualificados, son ciertamente recomendables desde el punto de vista de la cuenta de explotación y desde la sensatez medioambiental.

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